viernes, 6 de mayo de 2011

La biología del amor o las trillizas del sexo

 

Por Francisca Vargas V. / EL Mercurio / GDA

El apetito sexual, las fantasías y la fuerza creativa están en las hormonas sexuales.

Más allá de las posibilidades fisiológicas de cada persona, la personalidad sexual la configuran la testosterona, los estrógenos y la progesterona. 

Estas sustancias químicas segregadas por los testículos y ovarios (las glándulas sexuales de hombres y mujeres, respectivamente) son liberadas al torrente sanguíneo hacia los órganos sexuales. Su producción está regulada por el hipotálamo y la hipófisis en el sistema nervioso. 

Estas “trillizas del sexo” están presentes tanto en hombres como en mujeres pero en proporciones distintas. Además, varían de una persona a otra y dependen del momento del ciclo vital que se encuentre el individuo. En las mujeres el estrógeno como la hormona andrógeno o testosterona participan en la libido o la intensidad con que se desea mantener relaciones sexuales.

“Si tenemos estrógenos hay una relación de susceptibilidad asociada, pero los factores ambientales, el estrés o patologías asociadas pueden alterar la libido y por mucho que uno aporte hormonas, claramente no se va a mejorar”, explica el doctor Manuel Parra, ginecólogo de Clínica Alemana. Agrega que las mujeres cercanas a la menopausia se ven afectadas por una disminución de estrógenos, que es la hormona que también da los caracteres sexuales secundarios y consecuentemente, se produce una caída de la hormona masculina que produce el ovario de la mujer, la testosterona.

“En esta condición se encuentran las mujeres más allá de los 50 años y la libido se ve afectada, porque también disminuye la sensibilidad en zonas erógenas, y si no hay una buena compenetración con la pareja o un buen juego amoroso previo a una relación el tema no va a funcionar por mucho que se aporten estrógenos”. 

En ese sentido, se requiere de experimentar con los sentidos, nuevas formas de tocar y ser tocado, usar la palabra, la vista y jugar con olores y sabores, además de experimentar nuevas posturas en búsqueda del placer. 

En el caso de las mujeres con ciclo menstrual el ‘peak’ de erotización se da en la mitad del ciclo, “cuando la mujer ovula y los niveles de hormonas masculinas están más altos. Es decir, la hormona masculina juega un rol importante en el proceso de la excitación de la mujer”, afirma doctor Parra. 

Por tanto, el funcionamiento adecuado del sistema hormonal de la mujer va a permitir que haya un buen funcionamiento del ciclo menstrual, el proceso de ovulación y en caso de embarazo, del desarrollo gestacional. 

Los estrógenos protegen también de la osteoporosis, la elasticidad y lubricación vaginal, además de mantener la piel tersa y joven. Enfermedades con alternaciones hormonales como hipotiroidismo o el Síndrome de Ovario Poliquístico pueden afectar el comportamiento sexual. 

En los hombres 

En el caso de los machos, la testosterona juega un papel importante, primero porque determina los caracteres sexuales secundarios masculinos, pero también participa activamente en el deseo sexual. 

“El hipogonadismo masculino representa una disminución de la función testicular, con una baja producción de testosterona. Algunos signos importantes que dan cuenta de esta enfermedad son la disminución de erecciones, baja en la frecuencia sexual y la libido”. 

La ingesta de testosterona va a reestablecer la libido a las condiciones normales previas.Sin embargo, “el reemplazo de la testosterona o estrógenos tanto en el hombre como en la mujer, tiene que ser hecho bajo tratamiento médico porque obviamente el uso de testosterona tiene riesgos y requieren de una supervisión estricta”, enfatiza. 

Por eso es importante medir los niveles hormonales en cada visita al doctor.

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